Night Loops (performances visuales en la oscuridad)

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Las prácticas de vídeo-directo, ejercidas por los llamados VJs no son novedad. No hay club, evento o sarao cultural que no incluya en su programa la proyección de visuales como una más de sus atracciones artísticas. Estas actividades han pasado de ser una moda a instalarse en nuestra cotidianidad cultural con pleno derecho. Parece obligado, por tanto, fijar nuestra atención en esta forma de arte performativo, para intentar acercarnos a sus características innovadoras en el campo de la imagen y señalar qué posible relación se establece con el arte contemporáneo y la pertinencia de contextualizar su desarrollo dentro de este campo.

Underground y tecnológico, paradigma de lo fragmentario, trepidantemente repetitivo, vehículo de un trance posmoderno, la fecha de despegue de este fenómeno denominado VJ-ing puede situarse alrededor de 2003, aunque encontremos su génesis en el advenimiento de la “cultura de club” de mediados de los 90. Hay quien reivindica, como el VJ Flunchpunk, las cavernas de Lascaux como restos de raves prehistóricas, y aunque esta afirmación nos parece arriesgada, no cabe duda que las contemporáneas fiestas de club, que agrupan a un público hipnotizado por música e imágenes repetitivas y sustancias que facilitan una química trascendencia, nos podrían recordar a una ceremonia de danza tribal. En todo caso, es históricamente innegable el uso de imágenes en la animación lúdica. El mismo Leonardo se encargaba de la decoración de las fiestas que celebraba su mecenas Ludovico El Moro, recurriendo incluso a primitivas pantallas de luz en sus escenografías.